No será la primera vez que has escuchado o te han recomendado conservar la pintura original del vehículo, pero ¿por qué es mejor conservar la pintura de coches de fábrica?
Durante el proceso de fabricación de un vehículo, las marcas de coches someten la carroceria a diferentes tratamientos, entre ellos:
- Tratamientos de limpieza y desengrasado para eliminar aceites y grasas.
- Procesos de fosfatación y pasivado que mejorarán la adherencia de los productos aplicados posteriormente, así como resistencia a la corrosión.
- Baño de cataforesis para mejorar la protección anticorrosiva y la adherencia de la imprimación por inmersión catódica.
- Sellado y hermetización que evite filtraciones de aire y agua. También se acompaña de instalación de insonorizantes y antigravillas para las zonas exteriores expuestas a la carretera.
- Aplicación de aparejo para asegurar la uniformidad y la adherencia de la pintura.
- Pintado de la carrocería, donde se aplicará al vehículo el color final de acabado.
Todos estos procesos no se llevan a cabo en una reparación de chapa y pintura posterior, pero existen una serie de procesos para pintar un coche correctamente y asemejarse a la pintura de fábrica.
Normalmente ante una abolladura el taller de carrocería tiene que quitar la pintura hasta llegar a la chapa, y proceder a desabollarla para darle su forma correcta. Lo mismo ocurre con un arañazo donde existe falta de pintura.
Los procesos de reparación serian los siguientes:
- Aplicación de masilla cuya función es corregir pequeñas irregularidades.
- Aplicación de imprimación para mejorar la adherencia y protección de la chapa.
- Si lo daños son el zonas que lleven antigravilla, se volverá a brear la zona y colocar nuevas planchas antisonoras.
- Aplicación de aparajero, su función es aislar las masillas de la pintura, rellenar mínimas irregularidades y mejorar la adherencia de la pintura.
- Aplicación de la pintura de acabado, que devuelve el color de la carrocería.
Si se trata de una pieza nueva, vienen preparadas con cataforesis, por lo que solo será necesaria su imprimación, aparejado y pintado.
Cierto es que en muchos casos los talleres de chapa y pintura, suelen hacer un uso abusivo de la masilla (debería ser como mucho 0.5mm), y se saltan el proceso de imprimación y aplican directamente al aparejo. Lo que puede conllevar que el resultado final no quede correctamente, o que con el paso del tiempo aparezcan desperfectos.
Por ello es normal que se recomiende mantener la pintura de fábrica si los daños no son de mucha importancia para poder conservar las propiedades de fabricación.
Es recomendable no dar un parte a la aseguradora cada vez que existen pequeños desperfectos, porque por un lado empeoraras tu índice de siniestralidad, aumentando el precio del seguro del coche, y perderás las protecciones de fábrica.