Vamos a mostraros en chapa y pintura un caso real de daños estructurales mal reparados. Se trata de un vehículo que tenía daños graves en el chasis. El primer taller de carrocería no realizó correctamente la reparación, y el vehículo presentaba holguras en la parte delantera y subviraje al circular. La sorpresa fue mayúscula cuando el asegurado llevó el coche a otro taller y se pudo ver lo que había realmente por debajo…
Los daños eran graves, hasta el punto que se tuvo que sustituir parte de la estructura de la zona delantera del vehículo. Para este tipo de reparación, un taller de chapa y pintura debe disponer de maquinaria y elementos de medición: es la única forma de poder realizar una buena reparación.
El taller de carrocería que realizó la reparación empleó una cantidad excesiva de selladores en la zona afectada para tapar la mala reparación. Cuando se eliminaron éstos, es cuando se pudieron apreciar los múltiples daños mal reparados. El vehículo se puso en bancada y se midió el chasis: ahí se observo que el larguero delantero izquierdo estaba soldado un centímetro mas corto (justo la causa por la que el vehículo presentaba subviraje). Fijaos lo que un simple centímetro puede hacer, al margen de que no encajen correctamente los faros, paragolpes, aleta, capó…
Podéis apreciar las múltiples arrugas, abolladuras y las zonas sin pintar, donde se ve claramente la mala reparación de chapa y pintura realizada sobre este coche con el chasis dañado.
Para solucionar este problema, hubo que sustituir parte de la carrocería y realizar una correcta reparación del coche en bancada, usando la cantidad adecuada de selladores para que el resultado fuera lo mas parecido a cómo salió en su momento el coche de fábrica.
En las fotos puedes ver cómo el resultado no tiene nada que ver… Las piezas exteriores encajaron correctamente tras reparar este golpe con daños estructurales en un automóvil.
Se nota la diferencia de una reparación realizada correctamente en bancada, pintado la zona y usando las cantidad de selladores justa para que el resultado quede como si se tratara de un coche de fábrica.
Ante un caso de un golpe de carrocería grave con daños en chasis, y para poder identificar si te han realizado una buena reparación , es muy importante fijarse sobre todo en las holguras exteriores, y que no hayan usado selladores excesivos. La razón es que no es infrecuente observar que se han usado para ocultar, como es el caso, las múltiples abolladuras que hay por debajo.
La aseguradora debe certificar la correcta reparación, y para ello envía una persona ante este tipo de reparaciones. Pero el perito no está todo el tiempo en el taller viendo la reparación, y evidentemente el taller no transmite en muchas ocasiones los problemas que le surgen: lo que es seguro es que el operario que realizó la reparación era consciente, y de alguna manera lo intentó ocultar. Incluso en el propio control de calidad que realiza el taller, si un empleado oculta lo sucedido, es probable que no se detecte.
También en alguno caso, es posible que la compañía de seguros mande reparar algunas piezas en vez de sustituir para rebajar costes. Pero es el taller de chapa y pintura quién da la garantía y la calidad de la reparación, por lo que debería plantarse y decir «No».
En el caso real que contamos, la aseguradora de coches refacturó el importe de la nueva reparación al primer taller, por lo que al final le salió caro el no pedir una pieza nueva y colocarla correctamente.
Cómo puede seguir abierto (imagino que no tuvo más consecuencias) un taller que hace eso. El conductor se puede matar. Debería tener consecuencias duras este tipo de cosas.